El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (Transatlantic Trade and Investment Partnership, TTIP), ha sido etiquetado como el tratado de comercio con mayor alcance que ha visto el mundo y, según el Comisionado Europeo de Comercio, el belga Karel de Gucht, deberá generar empleos y crecimiento y sacar a la Unión Europea de la continua crisis económica. Sin embargo, investigadores de su propio departamento han demostrado que esto no ocurrirá.
Numerosas organizaciones y colectivos de la sociedad civil de ambos lados del Atlántico se han pronunciado en contra del TTIP, no solo porque debilitaría protecciones sociales, ambientales y económicas, sino también porque está siendo negociado en secreto entre gobiernos y grandes multinacionales. Documentos corporativos, peticiones de accionistas, agendas y actas de reuniones, ninguno de éstos son públicos. Los ciudadanos se están quedando totalmente al margen, con tan solo fugas de información a su alcance.
Leche fresca para el desayuno
Por estas razones, la mañana del jueves 13 de marzo, cientos de personas se reunieron frente a las oficinas de De Gucht –Edificio de Comercio DG en Bruselas– con un mensaje claro: ¡ALTO AL TTIP! Convocadas por la Alianza D19-20 –junto con Alter Summit, Seattle to Brussels, la red europea de ATTAC y Blockupy–, la protesta contaba con portavoces de Teamsters, el sindicato de transporte de EEUU, el presidente del sindicato Belga MOC, y granjeros de ambos lados del Atlántico, entre ellos Luc Holland de la Asociación de Productores de Leche Belga.
La historia es la misma, tanto en EEUU como en Europa: El TTIP provocaría competencia entre granjeros en una carrera cuesta abajo en términos ambientales y estándares de salud y bienestar animal. Mientras que actualmente la UE prohíbe los pollos desinfectados con cloro, las carnes hormonadas y los organismos genéticamente modificados, EEUU quiere que el TTIP armonice (iguale) estos estándares a la baja para poder entrar en el mercado europeo.
Igualmente, la creciente competencia y bajos estándares excluyen a aquellos granjeros que buscan cosechar comida saludable. Por eso, al final de la acción, la fachada de cristal de Comercio DG se vio cubierta de leche suministrada por granjeros de la Alianza D19-20, para enfatizar su habilidad de ganarse la vida decentemente produciendo productos de buena calidad. A pesar de la intención inicial de acabar con la protesta, aparentemente por “órdenes de arrib” (según los rumores, por una llamada de la Comisión), la policía mantuvo la calma y no intervino.
La Comisión se acalora y reacciona
Las personas concentradas fueron escuchadas, no solo en sentido metafórico, sino también literalmente, ya que a consecuencia de las reclamaciones de los ciudadanos y las ciudadanas reunidas en el exterior de la oficina del Comisionado de Comercio, el jefe de gabinete de De Gucht salió a hablar con los manifestantes. Queda pendiente otra reunión, pero es evidente que la presión sobre el Comisionado está funcionando, y éste se está viendo obligado a enfrentarse al público. El ruido alrededor de las conversaciones sobre el TTIP se está incrementando claramente, y no solo en protestas como ésta, sino en todos los aspectos. En esa misma semana se celebraron una serie de conferencias y eventos sobre el tema, donde se vio a los dos principales sindicatos belgas, CSC y FGTB, rechazando categóricamente el tratado. Por lo pronto, en Alemania, el sindicato de trabajadores del metal ha tomado una postura similar, y el gobierno federal se ha declarado en contra del sistema de solución de controversias entre inversores y Estados, organismos privados de arbitraje en los que las multinacionales pueden demandar a los gobiernos nacionales si estiman que sus ingresos presentes o futuros pueden ser afectados por políticas de interés público, tal como la prohibición del fracking.
Sin embargo, mientras que los grupos de ciudadanos opositores exigían detener el TTIP y acabar con la estrecha relación entre las corporaciones y nuestros responsables políticos, el negociador jefe de la UE, Ignacio García Bercero, y los miembros de su equipo, disfrutaban de un almuerzo con el Consejo de Negocios Transatlántico (Trans-Atlantic Business Council, TABC), compuesto por grandes nombres empresariales en Bruselas. La noche anterior, Bercero también había sido un representante clave en el cóctel organizado por la Cámara Americana de Comercio. Ambos grupos son entusiastas defensores de las políticas de austeridad y privatizaciones en Europa, e intentan utilizar el TTIP como palanca para incrementar el poder de sus grandes negocios mientras rebajan los estándares sociales y ambientales. ¿Y a pesar de eso, los políticos y altos funcionarios que deberían representarnos se mezclan con ellos en reuniones secretas y son invitados a almuerzos y cenas? ¿En interés de quién están actuando?
La fuerza de las luchas contra el TTIP y la austeridad seguirá creciendo, pues la resistencia se consolida en todos los frentes. La Alianza D19-20 llevará este combate directamente ante Karl De Gucht, la Comisión Europea y nuestros políticos nacionales, al igual que otros movimientos en Bélgica, como Acteurs des Temps Présents y Alter Summit (Bélgica).
La próxima acción de los ciudadanos para reclamar democracia
La próxima gran movilización en Bruselas contra la austeridad y el libre comercio dirigido por las multinacionales se llevará a cabo el 15 de mayo, como parte de una Semana Europea de Acción. La European Business Summit, “donde los Negocios y la Política Moldean el Futuro”, será rodeada desde las 7 de la mañana con miles de nosotros y nosotras para dar un mensaje claro a Karel De Gucht y sus colaboradores: nuestro mundo no está en venta; no a la austeridad, no al TTIP. Los lobbies de los grandes negocios querrán comprar y vender la democracia lo más silenciosamente posible, pero el volumen está subiendo y no bajará hasta que venzamos.
Pascoe Sabido, Corporate Europe Observatory
Traducción de Cecy Yanez Valdes, Coorditrad